¿Cuáles son los clásicos de la literatura universal? Esta es una cuestión que trae de cabeza a los teóricos literarios.
La definición canónica especifica que los clásicos son los autores de la literatura griega y romana; por lo cual autores como Miguel de Cervantes o William Shakespeare no deberían tener dicha condición.
Pero para muchas personas la definición de “clásico” puede ser más abierta y se plantean múltiples preguntas, como:
¿Qué es lo que convierte a un/a autor/a en clásico/a?
¿Qué diferencia hay entre un clásico y una obra de excelente calidad?
¿Cada época tiene sus clásicos?
Otra cuestión importante es si se debería hablar de autores/as clásico/as o de obras clásicas. A mí, particularmente, me gusta más hablar de obras clásicas, ya que no todas las obras de un/a autor/a importante tienen la misma relevancia. Hay autores/as de quienes se suelen leer siempre las mismas obras (que podrían ser clásicas) y no tanto las demás.
Tal vez se debería hacer una diferenciación entre los clásicos de la literatura griega y romana y el resto, porque cuando se habla de clásicos, muchas personas pensamos en autores/as más cercanos en el tiempo.
Podríamos hablar de clásicos contemporáneos, tomando como referencia las obras de autores/as de la época contemporánea. En términos históricos, la Edad Contemporánea se inicia el año 1789, con la Revolución Francesa. Por tanto, todas las obras escritas después de ese año podrían postularse como “Clásicos contemporáneos”.
Pero, por ejemplo, las obras de Miguel de Cervantes (1547-1616) quedarían fuera de ese grupo. En cambio, podrían inscribirse dentro de los “Clásicos modernos”, atendiendo a que la Edad Moderna se inicia el año 1453 con la toma de Constantinopla por parte de las fuerzas del Imperio Otomano (algunas clasificaciones sitúan el inicio de la Edad Moderna el año 1492 con el descubrimiento de América).
Sea como fuere, parece ser que una obra clásica es toda aquella que trasciende a su época y pasa a formar parte del inconsciente colectivo. Se trata de obras que, aunque hayan pasado muchos años, incluso algunos siglos, desde que fueron escritas, continúan estando presentes, siguen siendo leídas, son recomendadas o de obligada lectura en las escuelas…
En otro sentido, también podríamos clasificar las obras clásicas en función de la lengua en la que fueron escritas.
Respecto a la lengua española, algunas obras clásicas, por citar solo unas pocas, serían “El Quijote” de Cervantes, “Rimas y Leyendas” de Gustavo Adolfo Bécquer, “La Celestina” de Fernando de Rojas, “El lazarillo de Tormes” (anónimo), “El buscón” de Francisco de Quevedo, “Los Pazos de Ulloa”, de Emilia Pardo Bazán, “Cien años de soledad”, de Gabriel García Márquez, “El Aleph” de Jorge Luis Borges…
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«La lectura es para mí algo así como la barandilla en los balcones«.
Nuria Espert (nacida en 1935). Actriz de teatro, cine y televisión.