Mirar las musarañas

Esta expresión significa estar absorto en pensamientos sin utilidad o estar distraído de aquello que de verdad importa; cuando menos, esta es la definición más habitual.

Las musarañas

El vocablo “musaraña” procede del latín mus araneus (algo así como “ratón aracnoideo” o “ratón araña”). Pero ¿qué son las musarañas? Por su nombre, se podría llegar a pensar que deben tener alguna relación con los arácnidos. Pues nada más lejos de la realidad.

Las musarañas son pequeños mamíferos que se caracterizan por los ojos pequeños y un largo hocico con bigotes muy sensibles. Son similares a los ratones, pero están emparentadas con los topos. Y en el mundo existen más de 250 especies de musarañas.

La musaraña común mide entre 5,4 y 8,45 cm, a los cuales hay que añadir la cola, de entre 2,8 y 5 cm. El peso puede ir desde los 4,7 hasta los 12 gramos.

Son los mamíferos más activos que hay, con un metabolismo de ritmo frenético, dado que el corazón les late unas 800 veces por minuto. Mantener un metabolismo que quema calorías desesperadamente las obliga a comer a todas horas (ingieren el equivalente a su propio peso en insectos diariamente) porque si pasan más de cuatro horas sin comer, pueden llegar a morir.

Musaraña

Origen de la expresión

El origen de la expresión idiomática es incierto, así que existen varias teorías al respecto.

Parece que se podría haber originado cuando algunos labradores que estaban trabajando el campo se distraían, viendo como las musarañas salían de bajo tierra hacia el exterior. Entonces, se les decía que estaban (literalmente) mirando las musarañas y, por lo tanto, estaban perdiendo el tiempo en vez de trabajar, dado que las musarañas no tienen una actividad útil o importante, así que su presencia en el campo se considera intrascendente. Con el tiempo, el uso de esta expresión se ha generalizado en otros ámbitos y se aplica a todo el mundo que está absorto en pensamientos sin importancia, sin hacer nada de provecho. Al ser unas criaturas pequeñas, se puede pensar que la expresión hace referencia al hecho que pensar en las musarañas quiere decir pensar en cosas pequeñas, sin importancia, en vez de pensar en cosas más significativas.

En la actualidad, parece que se usa más la expresión “pensar en las musarañas”. Pero a mí me gusta más la forma “mirar las musarañas”. Esta forma se empleaba más antiguamente, incluso aparece en obras como “Don Quijote”, de Cervantes o “Cuento de cuentos”, de Quevedo, por poner dos ejemplos.

“El Quijote”, de Cervantes – Fragmento Parte II – Capítulo XXXIII

Numerosos lingüistas han buscado el origen de esta frase hecha y algún lexicógrafo señala que la expresión “pensar en las musarañas” sería relativamente moderna y podría utilizarse para aquellas personas que están pensando en las musas, dado que fonéticamente musaraña y musa son parecidas. Es evidente que cuando una persona espera la inspiración parece estar distraída.

Otra acepción de musaraña es “especie de pequeña nube que se suele poner ante los ojos”, como una especie de nube que imaginamos en el aire.

Reflexión personal

Debo confesar que cuando era pequeño me había oído decir, en más de una ocasión, esta frase (me parece que en la forma “mirar las musarañas”). Entonces, no me las imaginaba de ninguna forma en concreto, pero pensaba que debían tener alguna relación con los arácnidos, sobre todo por el nombre. No fue hasta un tiempo más tarde que busqué la palabra musaraña en una enciclopedia (en aquella época todavía no era común el uso de internet y las enciclopedias eran herramientas muy útiles, no solo servían para coger polvo) y descubrí cómo eran en realidad.

Cuando de pequeño las miraba, no recuerdo qué pensaba, pero tengo una teoría al respeto. No me gusta pensar que solo estaba distraído, sin un motivo de peso, sin un objetivo. Me niego a aceptar que estaba pensando en nimiedades. Quiero pensar (me gusta pensarlo) que desde pequeño lo que estaba haciendo era dejar volar la imaginación, es decir, que debía de imaginar historias diversas, como las que integran esta web. Debía de interaccionar (mentalmente, está claro) con las musas que ya empezaban a alimentar mi imaginación.

Desde entonces, de alguna manera, me he sentido unido a estas criaturas pequeñas, inocentes, frágiles, pero, a la vez, quizás inspiradoras.

Curiosidades

En algunos países de América (Chile, Cuba, El Salvador, Honduras, República Dominicana…) “hacer musarañas” significa hacer gestos con la cara, hacer muecas. Y en ciertas zonas, específicamente, son los gestos que se hacen antes de echarse a llorar (hacer pucheros).

No puedo finalizar esta publicación sin nombrar que el 19 de junio es el Día Mundial de la Musaraña, que se originó y estableció en 1996 en una comunidad de Jalisco, México, donde se venera a la musaraña como símbolo de buen augurio y abundancia en todos los aspectos de la vida.


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Leemos en la cama porque la lectura está a medio camino entre la vida y el sueño”.

Anna Quindlen, autora, periodista y columnista de opinión estadounidense.

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