Por favor

Actualmente, existen ciertas palabras o expresiones que pueden ser percibidas, por algunas personas, como antiguas u obsoletas. Se trata de palabras o expresiones que podría decirse que tienen como denominador común que forman parte de lo que antes se denominaba “educación”. “Por favor” sería un ejemplo. Otras serían “gracias” o “perdón”, a las que me referí en las publicaciones tituladas, respectivamente, “Dar las gracias” y “Pedir perdón”, las cuales recomiendo leer.

Pero ¿qué significa exactamente «por favor»? Se trata de una expresión que se utiliza para pedir con cortesía algo, es decir, que su uso más habitual es cuando se solicita algo o que otra persona realice alguna acción. Es una muestra de respeto y consideración hacia el esfuerzo de la otra persona.

Esta expresión puede verbalizarse tanto si la iniciativa de la solicitud es tuya como si proviene de la otra persona. Intentaré que se entienda mejor poniendo un ejemplo de cada opción.

  1. Si la iniciativa es propia. Es cuando pides a una persona que te haga un favor, sea de poca o de mucha importancia. Por ejemplo: Ayúdame con las bolsas, por favor.
  2. Si la iniciativa proviene de la otra persona. Es cuando otra persona se ofrece a ayudarte. Por ejemplo, cuando la otra persona te dice: ¿Quieres que te ayude con las bolsas? Y tú le respondes: Sí, por favor. En este contexto, la fórmula «por favor» podría ser sustituida por la palabra «gracias» y el significado sería el mismo, una muestra de agradecimiento por el favor recibido.

Si nos preguntamos por qué parece haber disminuido el uso de esta expresión, podríamos encontrar varias causas o justificaciones:

  1.  Por el hecho de que en la sociedad de hoy todo parece ir más deprisa. Sería esta voluntad de inmediatez, que todo se produzca con la mayor celeridad posible, la que nos lleva a descartar el uso de palabras o expresiones como “por favor”, con el objetivo de alcanzar lo que queremos rápidamente; dejando a un lado palabras que, según algunas personas, no aportan nada al discurso y pueden hacer perder el tiempo.
  2. Porque ciertas formas de cortesía son vistas como obsoletas, como propias de otra época. Podemos pensar en la multitud de pequeños actos protocolarios que hemos podido observar en las películas de época, por ejemplo, en aquellas basadas en las costumbres de la época victoriana en Inglaterra. Entonces, cada situación tenía sus actos o protocolos, muy bien definidos y fijados, los cuales había que seguir al pie de la letra.
  3. Puede que no se pronuncie porque pensamos que lo que hace la otra persona es su obligación, por ejemplo, porque está trabajando.
  4. A veces, no la verbalizamos porque se trata de personas cercanas, con las que existe confianza (familiares, amistades…) y no nos parece necesaria.

Seguro que existen más motivos que han provocado esta disminución en el uso de “por favor” y otras expresiones de carácter similar. Si conoces algún otro, me gustaría que lo expusieses como comentario a esta publicación.

Asimismo, quisiera saber qué opinas sobre esta cuestión, es decir, si consideras que son expresiones antiguas, que no vale la pena pronunciar o, al contrario, crees que deberían seguir utilizándose.

Cualquier opinión será bienvenida.


Apúntate al Boletín y el día 23 de cada mes recibirás un correo con la nueva Publicación.


Consulta el Índice de contenidos, la guía para localizar todas las publicaciones de la web https://www.santosbalasch.cat.


«Los grandes libros ayudan a entender, y ayudan a sentirse comprendido/a«.

John Michael Green (nacido en 1977), escritor estadounidense.

Deja un comentario