Velocidad lectora y comprensión lectora

¿Qué es más importante, la velocidad lectora o la comprensión lectora?

Tal vez, lo recomendable sería la combinación de ambas, es decir, leer con cierta rapidez, siempre que permita comprender la mayor parte del texto.

Esta publicación, aunque posee integridad plena, puede ser considerada como una ampliación de la información expuesta en la entrada publicada el 23 de octubre de 2021, que se puede leer (si se desea profundizar en el tema de la comprensión lectora) visitando el siguiente enlace:

https://www.santosbalasch.cat/es/literatura-y-cultura/lectura-y-comprension-lectora

Velocidad lectora

Se refiere a la cantidad de palabras que una persona consigue leer por minuto durante una lectura natural, es decir, en silencio y con la intención de comprender el contenido de un texto.

La velocidad de lectura suele medirse en Palabras por Minuto (PPM), aunque se trata de una medida no oficial, ya que todas las palabras no tienen la misma longitud, complejidad semántica, ni determinación.

El promedio de velocidad lectora se sitúa entre 150 y 250 palabras por minuto (PPM).

Los factores más importantes para identificar una palabra son:

  1. Las primeras tres letras.
  2. La última letra.
  3. El empleo de minúsculas y mayúsculas.
  4. La identidad fonética.

Técnicas de lectura

Las técnicas de lectura tienen dos objetivos:

  1. La maximización de la comprensión del texto.
  2. La maximización de la velocidad de lectura.

Por regla general, son objetivos contradictorios

1. Técnicas convencionales

Afectan a la elección y la elaboración de textos. Persiguen maximizar la comprensión.

A. Lectura secuencial

Es la forma común de leer un texto. El lector lee en su tiempo individual desde el principio al fin sin repeticiones u omisiones.

B. Lectura intensiva

Tiene por objetivo comprender el texto completo y analizar las intenciones del autor. Analiza el contenido, la lengua y la forma de argumentación del autor neutralmente.

C. Lectura puntual

El lector solamente lee los pasajes que le interesan. Esta técnica sirve para absorber mucha información en poco tiempo.

2. Técnicas para mejorar la velocidad de la lectura

Afectan al proceso de percepción en sí mismo.

a) Lectura diagonal

La mirada se mueve rápidamente de la esquina izquierda superior a la esquina derecha inferior. De ese modo, es posible leer muy rápidamente un texto, a expensas de la comprensión del estilo y los detalles.

Solo se leen los pasajes especiales de un texto:

  • Los títulos.
  • La primera frase de un párrafo.
  • Las palabras acentuadas tipográficamente (negrita, cursiva).
  • Los párrafos importantes (resumen, conclusión).
  • El entorno de los términos relevantes, como listas («primero», «segundo»), conclusiones («por eso») y términos técnicos («costos fijos»).

Consiste en leer siguiendo los siguientes 5 sencillos pasos:

  1. Leer el primer párrafo. Es fundamental para hacernos una idea general de lo que viene a continuación.
  2. Fijarse siempre en los títulos y subtítulos. El objetivo es tener siempre clara la estructura de la información.
  3. Leer solo las palabras y datos clave de los siguientes párrafos. Ayudan las negritas, cursivas, o incluso el subrayado, si existe.
  4. Presta atención a las preguntas. Suele ser un buen indicativo de las ideas que se busca resaltar en un texto.
  5. Echar un vistazo a la última o últimas frases. Suelen aportar la visión general y resumida del texto.

No siempre conviene usar esta técnica, sobre todo cuando no estemos familiarizados con las ideas que contiene o cuando incluya terminología que no controlamos. Sí puede ser útil, en cambio, para poder repasar grandes cantidades de temario en apenas unas horas.

b) Lectura rápida

Es una colección de métodos para aumentar considerablemente la velocidad media de lectura, sin sacrificar en exceso la comprensión lectora ni la receptividad. Es similar a la lectura diagonal, pero incluye otros factores como la concentración (que permite reducir considerablemente el tiempo de absorción de la información) y ejercicios para los ojos.

Con esta técnica, la velocidad puede incrementarse hasta las 400 o 700 PPM. Sin embargo, lo importante es que ello no disminuya en exceso la comprensión.

Mejorar la velocidad de lectura es una cuestión de práctica y de técnica. Es una combinación de elementos físicos (el movimiento de los ojos) y de elementos mentales (la capacidad de comprensión).

Beneficios de la lectura rápida

Además de emplear menos tiempo, puede suponer una mayor concentración en la lectura, conocer más información, aprender a reconocer términos e ideas clave o mejorar la capacidad de asociación de conocimientos que ya tenemos con conceptos nuevos.

Nuestra velocidad lectora nos ayuda a leer una novela o los periódicos en menos tiempo, pero sobre todo ayuda a la hora de estudiar y de analizar cualquier tipo de documentación.

Historia de la lectura rápida

Durante la Primera Guerra Mundial, muchos pilotos perdían segundos vitales durante el combate al tratar de distinguir si el avión que se aproximaba era del bando propio o del enemigo. Entonces se ideó el método taquitoscópico, que consistía en mostrar aviones en una pantalla durante pocos segundos para adiestrar a los pilotos a distinguirlos. Gradualmente, se aumentaba la cantidad de imágenes que se proyectaban cada vez y se reducía el tiempo de exposición.

Tiempo después, en los años sesenta, se descubrió que con un entrenamiento adecuado los ojos aprenden a moverse más rápido, con lo cual aumenta la cantidad de palabras que es posible decodificar cada hora.

Nuevo paradigma en la lectura rápida

Hay muchas otras técnicas de lectura veloz y todas están muy controvertidas porque se respaldan en procedimientos pseudocientíficos, mitos extendidos pero falsos, o incomprensión sistemática del proceso mismo de la lectura.

Por ejemplo, la supresión de la subvocalización (repetir mentalmente cada palabra según se va leyendo) es muy controvertida, ya que es posible que sin subvocalización no se pueda identificar palabras. Existe la creencia de que, por ejemplo, la lectura es un proceso de alguna forma indirecto que va de los ojos a la boca (explicando así la subvocalización), luego de la boca al oído interno y por último al cerebro, pretendiendo de este modo que al eliminar la subvocalización se mejorará el proceso de lectura (realmente, al leer la señal va directamente de la visión al cerebro y únicamente toma significado cuando este la interpreta a través del procesamiento visual, por lo que la subvocalización es, en realidad, un simple reflejo neurológico involuntario).

Métodos de lectura rápida

En la lectura rápida hay varios trucos o métodos que ayudan a aumentar la velocidad de lectura y la comprensión.

1. Método del marcador

Se señala la letra o palabra, estableciendo una conexión entre el texto que se lee y el cerebro. Los ojos se fijan en el puntero y se evita que haya saltos de línea, es decir, se avanza la lectura de manera uniforme, sin tantos despistes ni regresiones hacia líneas anteriores. Además, según se incrementa la velocidad con el dedo o el lápiz, la concentración es mayor y se captan rápidamente las palabras clave.

El problema es que este gesto se asocia a algo malo e innecesario, reservado para niños que comienzan a aprender a leer.

2. Método de la fijación

Cada vez que leemos, el ojo realiza pausas y saltos. Necesita enfocar en cada pausa como lo hace una cámara fotográfica. La fijación no es más que el punto donde se detiene la vista para leer.

Estas pausas son muy cortas, pero si se tiene en cuenta el gran número de fijaciones que se realizan durante la lectura, suman bastante tiempo. Además, las fijaciones son lo que cansa los ojos durante la lectura y causa problemas de concentración.

El objetivo de esta técnica es disminuir el número de fijaciones. Para ello, se deben ejecutar fijaciones oculares amplias, es decir, que el ojo capte en una sola fijación el mayor número posible de palabras (o cuatro o cinco letras y alguna palabra y se deduzcan las otras palabras y partes de las frases). El cerebro reconoce y capta las palabras, aunque no se lean literalmente.

Al principio se lee así:

Y al final se puede llegar a leer así:

Suprimir errores para leer de forma más veloz

Los métodos de lectura rápida se basan en dejar de lado supuestos errores, que se clasifican en dos grupos.

a. Errores de lectura básica:

  • Silabear o fragmentar las palabras.
  • Saltarse renglones.
  • Mover la cabeza para acompañar la lectura.
  • Vocalizar los sonidos que se leen, ya sea en voz alta o mentalmente. Reducir este hábito permite incrementar la velocidad y la comprensión de lectura.

b. Errores de lectura avanzada:

  • Exceso de fijaciones oculares. Detener la vista en cada palabra que se lee y no en los bloques de texto.
  • Retroceder y releer por falta de concentración.
  • Insuficiencia de vocabulario.
  • No saber para qué se lee. Saber qué se quiere aprender es clave para leer más rápido un texto.

Además, la lectura lenta no mantiene el cerebro lo suficientemente ocupado, por lo que empieza a pensar en cualquier cosa. Esa desconcentración ralentiza la lectura.

Concentración y vocabulario, claves en la lectura

Las técnicas de lectura rápida, aunque no son una panacea, pueden ser recomendables, ya que mejoran el rendimiento y ayudan a concentrarse en la lectura.

El vocabulario es un aspecto en el que los métodos de lectura rápida no suelen insistir, pero conocer el significado de las palabras es fundamental para la lectura. Las desconocidas ralentizan la lectura en todos los casos.

Los científicos sugieren practicar la lectura y proponerse adquirir vocabulario nuevo como un modo de ganar velocidad sin perder comprensión.

Los límites de la lectura rápida

Algunos investigadores afirman que no hay «fórmulas mágicas» para aumentar la velocidad de la lectura, y que este aumento tiene consecuencias en lo que se entenderá y recordará. Aunque en ciertos escenarios es tolerable e incluso aconsejable una pérdida en la comprensión, las velocidades de 500 o 700 palabras por minuto solo se pueden dar cuando, por ejemplo, el contenido general del texto ya se conoce y se busca algún dato específico que está incluido en él.

Ya que uno de los objetivos de la lectura sigue siendo obtener placer, cabe preguntarse si el placer de una novela es el mismo si se disfruta al ritmo normal que si se lee a una velocidad elevada.

Reflexión final

El presente artículo, en modo alguno supone una proposición o consejo, simplemente se trata de una aproximación a un concepto interesante.

La aplicación por parte de cada persona dependerá de su objetivo. Por ejemplo, la técnica de la lectura diagonal puede ser utilizada para leer, en poco rato, un periódico de tirada diaria. La finalidad general no suele ser leer detenidamente todas y cada una de las noticias incluidas en el periódico; ya que este trabajo supondría un considerable espacio de tiempo. Sin embargo, sí que se puede pretender formarse una idea, más o menos detallada, de las informaciones más importantes a nivel global. Es decir, que se puede leer la mayor parte del periódico con la técnica de la lectura diagonal y detenerse en aquella sección o secciones que más interesen a la persona.

A la hora de poner en práctica la técnica de lectura diagonal, para cada artículo básicamente leeríamos lo siguiente:

  1. El titular.
  2. El inicio.
  3. Los cortos extractos destacados (a modo de escuetos resúmenes de las cuestiones más relevantes).
  4. Algún término que esté destacado (negrita, cursiva) o que nos llame la atención.
  5. El final.

Con ello, y dando rienda suelta a nuestra imaginación, nos podríamos hacer una idea general de lo que se ha explicado en el artículo.

En cambio, la misma técnica no serviría, en principio, para leer un contenido de diferentes características. Por ejemplo, no sería aconsejable utilizarla para leer una novela o una publicación científica o con un contenido que incluya terminología técnica o específica.

Sugerencia

Si te interesa la velocidad lectora, puedes realizar el siguiente Test:

Pero recuerda que, casi siempre, lo más importante será comprender aquello que se está leyendo.


Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca”.

Jorge Luis Borges (1899-1986). Escritor, poeta y ensayista argentino.


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2 comentarios en «Velocidad lectora y comprensión lectora»

  1. Me ha parecido muy interesante y pedagógico.
    Veo el artículo bastante especializado y el test del final me ha retado.
    Es una lectura muy práctica para aprender a leer.

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