Los primeros libros

Cuando pensamos en un libro, seguro que nos viene a la cabeza la imagen de un libro impreso, encuadernado, es decir, tal y como los conocemos hoy en día. Pero debemos tener en cuenta que no siempre ha sido así. De hecho, el primer libro impreso, la Biblia, no vio la luz hasta el año 1440, gracias al invento de la imprenta por parte de Gutenberg.

Si quieres saber más sobre el primer libro impreso, te recomiendo que leas la siguiente publicación: “El primer libro impreso”.

Si nos detenemos a imaginar cómo serían los libros antes de la invención de la imprenta, algunas personas pensarán en los libros de la Edad Media; pero su origen es mucho más lejano.

Mesopotamia

Para hablar de los inicios del libro, debemos remontarnos hasta el año 3500 a.C., en Mesopotamia, término que en griego antiguo significa “tierra entre dos ríos”, una región situada entre los ríos Tigris y Éufrates. Es la zona que actualmente conocemos como Oriente Próximo y, de forma aproximada, debía ocupar los territorios del actual Irak y algunas zonas de Irán, Turquía y Siria.

Mapa que muestra la extensión de Mesopotamia. Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Mesopotamia.

Al parecer, la escritura se desarrolló de manera independiente en diferentes áreas del mundo, sin contacto entre ellas (al menos que se sepa), desde China hasta Mesoamérica; pero se considera que Mesopotamia fue el primer lugar.

Escritura cuneiforme

En aquella época, la zona estaba habitada por los pueblos asirio, acadio y sumerio. Precisamente este último, el pueblo sumerio, fue el inventor del primer sistema de escritura, la cuneiforme. En un primer momento, los sumerios utilizaban tablillas de arcilla humedecidas como soporte material, pero también se han encontrado inscripciones en piedra e incluso en metales. Grababan pictogramas que representaban palabras u objetos, hasta que estos evolucionaron hacia la escritura cuneiforme, una escritura fonética que representaba fonemas y no ideas y estaba formada por signos con trazos triangulares. La forma de estos trazos era debida a que las grababan con un corte vegetal con forma de cuña, de donde deriva el nombre de cuneiforme. Nació por la necesidad de contabilizar bienes y transacciones, es decir, su origen tenía una finalidad contable.

Escritura cuneiforme.

Los primeros documentos

Entre los primeros documentos o “libros” de la época, destacan los siguientes:

 

o  La Tablilla de Kish

Es una tablilla de piedra caliza, datada hacia el año 3500 a.C. y encontrada en Tell al-Uhaymir, el emplazamiento de la antigua ciudad sumeria de Kish. Se encuentra cubierta de escritura cuneiforme y está considerada la muestra más antigua de esta escritura.

o  El Código de Hammurabi

Está grabado en una estela de basalto negro de 2,25 m de alto por 50 cm en la zona más ancha. En la zona superior está representado el rey de Babilonia, Hammurabi (1795 a.C.-1750 a.C.). Debajo aparecen, inscritas en caracteres cuneiformes, las leyes que regían la vida cotidiana. En conjunto son 282 leyes. Se pueden destacar las siguientes características:

1.   Aunque no fue el primer código legal, fue el definido con mayor claridad e influyó en las leyes de otras culturas.

2.   Es uno de los ejemplares mejor conservados de este tipo de documentos.

3.   Representa un desarrollado concepto de igualdad entre los habitantes de Mesopotamia.

4.   Se basa en la aplicación de la Ley del Talión.

5.   Es uno de los primeros ejemplos del Principio de presunción de inocencia, dado que sugiere que tanto el acusado como el acusador tienen la oportunidad de aportar pruebas.

El Código de Hammurabi.

La Ley del Talión

En latín lex talionis, se trata de la denominación tradicional de un principio jurídico de justicia retributiva, en el que la norma imponía un castigo que se identificaba con el crimen cometido, obteniéndose la reciprocidad.

El término “talión” deriva de la palabra latina tallos o tale, que significa “idéntico” o “similar”; por eso no se refiere a una pena equivalente, sino a una pena idéntica.

La expresión más conocida de esta ley es el pasaje bíblico “Ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie”, que se encuentra concretamente en el Éxodo 21:24.

Resulta el primer intento de establecer una proporcionalidad entre el daño recibido en un crimen y el castigo, fijando el límite a la venganza. Cabe decir que la mayor parte de ordenamientos jurídicos se basaron él, sobre todo en Europa durante la Edad Antigua y la Edad Media.

En el código de Hammurabi, una de las versiones más antiguas de esta ley, el principio de reciprocidad exacta se emplea con gran claridad. Por ejemplo, la ley 229 establecía que si una casa se derrumbaba y mataba a los propietarios, el arquitecto debía morir.

Los Escribas

La alfabetización en Mesopotamia era muy reducida, dado que estaba reservada a las élites, y los escribas gozaban de gran prestigio, sobre todo por la complejidad de la escritura cuneiforme, que exigía un alto grado de especialización. Se trataba de una profesión hereditaria, en la que el aprendizaje comenzaba en edades tempranas. Estaban bajo la protección de la diosa sumeria Nisaba.

La invención de la literatura

Las actividades intelectuales estaban muy valoradas en Mesopotamia y en las escuelas, que estaban dedicadas principalmente a la clase sacerdotal y eran tan numerosas como los templos, se enseñaba lectura, escritura, religión, derecho, medicina y astrología.

Sumeria es un increíble ejemplo de lo que la palabra escrita puede producir porque, además de influir sobre el posterior desarrollo de los textos litúrgicos sagrados, en Mesopotamia se inventó la literatura.

El pueblo sumerio consideraba que la escritura era un regalo del dios Enlil, hecho que en Babilonia también afirmarían más tarde, con su propia versión del dios Nabu.

La literatura sumeria se basa principalmente en tres temas: mitos, himnos y lamentaciones.

Algunas de las obras literarias más importantes serían las siguientes:

§  El Enuma Elish o Poema de la Creación. Explica las ideas mesopotámicas sobre la aparición de los primeros dioses y la creación de la especie humana por Marduk, dios de Babilonia, con la piel del dios Kingu.

§  El Poema o Epopeya de Gilgamesh. Considerado el relato escrito más antiguo del mundo, es una obra épica en verso sobre las peripecias de este legendario gobernante de Uruk (Gilgamesh) y su búsqueda del sentido de la vida frente a la inevitable muerte. Se exalta el amor, la amistad y la debilidad del ser humano frente a los dioses y aparecen temas fundamentales de la literatura, como el diluvio, el viaje o el miedo a la muerte. Parece que originariamente fue transmitido de forma oral.

La tablilla sobre el diluvio de la Epopeya de Gilgamesh (Museo Británico).

Los primeros autores conocidos por su nombre

El primer escritor, en este caso escritora, del mundo de quien se conoce su nombre es Enheduanna (2285 a.C.-2250 a.C.), suma sacerdotisa de Ur, que ayudó a mantener el imperio de su padre en Sumeria. Pero no solo es conocida por este hecho, sino también por ser una consumada poetisa.

Sus obras más importantes son los tres grandes himnos en alabanza a la diosa Inanna, antigua diosa sumeria del amor, la sensualidad, la fertilidad, la procreación y la guerra: El amante de gran corazón, La exaltación de Inanna y La diosa de los poderes temibles.

Pero también escribió 42 poemas, que relatan sus sentimientos personales sobre una serie de temas diferentes.

Sus obras fueron muy populares e influyeron en himnos, canciones y salmos posteriores, como los del Antiguo Testamento (por ejemplo, El cantar de los cantares).

 

Antes del descubrimiento de la obra de Enheduanna, se pensaba que el primer autor conocido por su nombre era el escriba babilónico Shin-Leqi-Unninni (1300 a.C.-1000 a.C.), quien escribió la versión babilónica de la Epopeya de Gilgamesh.

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“Soy una persona anticuada, que cree que leer libros es el mejor pasatiempo que la humanidad ha conocido”.

Wislawa Szymberska (1923-2012). Poeta poloca. Premio Nobel de Literatura el año 1996.

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